Se acabaron las patrias

abril 2012

Uno de los fenómenos que la crisis iniciada el año 2008 ha sacado a relucir  de manera más nítida es el de la impotencia con que se desenvuelven los estados nacionales tradicionales al enfrentar los desafíos que les plantea una economía y un mercado totalmente globalizados.
El Estado nación, con sus gobiernos alambicados a partir de democracias de corte decimonónico, ya no legisla  para transformar la realidad al dictado de un contrato social sino que lo hace para no ser barrido por la fuerza de unos hechos que amenazan su soberanía y sus jerarquías.
Así, pues, el  mercado chantajea al Estado para beneficiarse económicamente de él, sin importarle estandarte ni nación, excusándose en el sancta sanctorum de la mundialización. Pero, al mismo tiempo, conscientes de que la idea de la bandera todavía les protege en alguna medida, las oligarquías económicas no dudan en forzar al estado a salir en su defensa y en apelar a los bajos instintos patrióticos cuando sus intereses se ven amenazados.
Estoy hablando, por supuesto, del conflicto de REPSOL-YPY con la república argentina y de la gratuita ayuda que el gobierno español se ve forzado a dispensar a esta empresa en un asunto que, en caso de reportar ganancias a REPSOL, sin duda sería “estrictamente privado”.
Cayo Lara, el coordinador de IU, ha entendido la raíz del problema y ha declarado que “el Gobierno de España y sus ministros deberían ser más patriotas con los ciudadanos de este país y menos patriotas con los mercados y con algunas multinacionales“.
Asimismo, y siguiendo con su argumentación, ha pedido a Rajoy que guarde respeto hacia las decisiones soberanas de la república argentina, que más afrenta a la soberanía nacional es que a España “la estén pisoteando cada día desde Europa” y que el hecho de que “nos manden inspectores porque no se fían de nuestras cuentas y nos digan qué tenemos que hacer, no quiere decir que el Gobierno español le pueda decir al argentino lo que tiene que hacer con sus decisiones soberanas“.

Por último, y para quien todavía piense que REPSOL es un bien nacional a proteger, en este artículo se repasa la contabilidad financiera de la multinacional y la repercusión económica que tiene en nuestro país:

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