El independentismo aumenta su hegemonía en la educación pública catalana

Las elecciones sindicales celebradas hoy 12 de marzo en la educación pública catalana han estado protagonizadas por un nuevo avance de USTEC, que crece hasta los 162 delegados, y por la irrupción de la Intersindical-CSC, sindicato de clase independentista que se estrenaba en el sector y logra situarse en tercer lugar, con 46 delegados.

Teniendo en cuenta que USTEC-Stes se declara también rotundamente independentista, la hegemonía de este posicionamiento entre los docentes catalanes es absolutamente indiscutible, máxime cuando CCOO también cuenta con un nutrido grupo de independentistas en sus filas y se mantiene  en el segundo lugar, aunque después de un soberbio batacazo que la lleva de 93 a 58 delegados, pagando un alto precio por su ambigüedad en este tema.


El estado español debería tomar buena nota de todo lo que esto significa. El escenario de un 155 sería catastrófico si la escuela catalana decide hacerse objetora, porque la proyección mediática que esto conllevaría, especialmente en el ámbito internacional, haría muy difícil un tratamiento meramente judicial del problema.

El tiempo de los pactos y los consensos parece desterrado. Los políticos le deben sus escaños a la confrontación y a la cerrazón, y eso no traerá nada que no sea más radicalidad entre los votantes catalanes. Si seguimos dejando la solución, la única solución posible, para más adelante, en la constante búsqueda del voto fácil, pronto será tarde para llegar a algún acuerdo y los hechos consumados acabarán pasando por encima de cualquier dique de contención.